martes, 23 de junio de 2009

La pelota no entra por azar

Por Halftown
El título de este post es también el título del libro (originalmente en catalán) que ha escrito Ferrán Soriano, ex-vicepresidente del Barça desde 2003 hasta 2008, extrapolando su experiencia futbolística al mundo del management. La tesis de Soriano es que en el fútbol, si bien existe un punto de suerte que determina si la pelota va dentro o fuera, este factor es mucho menos decisivo de lo que podemos imaginar.

Ferrán Soriano fue uno de los directivos que ayudó a Joan Laporta a llegar a la presidencia del Fútbol Club Barcelona en las elecciones de 2003. Pese a que partían con desventaja frente al claro favorito, el publicitario Lluís Bassat, aquel grupo de antiguos elefantes azules disidentes del nuñismo consiguieron llevarse el gato al agua. Curiosamente, Soriano pasa por alto los pormenores de ese vuelco electoral de aquel año. Desde mi punto de vista, Bassat se cavó su propia tumba a base de errores como al llevar de entrenador al siempre decepcionante Juanma Lillo, por sugerencia del que habría sido su director deportivo, Pep Guardiola. Las vueltas que da la vida.

El segundo factor que ayudó a aupar a Laporta a la poltrona del Camp Nou -y sobre esto también hace mutis Soriano- fue una mentira llamada Beckham. Pese a haber llegado a un acuerdo con el United, el jugador y sobre todo su principal sponsor, Adidas, sólo querían oír hablar de Florentino. Paradójicamente, seis veranos más tarde se repite la jugada con Frank Ribéry... sólo que en este caso Nike se la tiene que envainar, como ya ha hecho cuando los dos Ronaldos han elegido vestirse de blanco.

Motivación: la vanidad

En cualquier caso, Soriano cuenta la intrahistoria del ascenso y caída de un equipo singular, aquel capitaneado por Ronaldinho que le dio al Barça su segunda Copa de Europa en 105 años de historia. Hay que reconocerle al autor su honestidad al entonar el mea culpa cuando, en verano de 2006, con unos jugadores sin incentivos ni motivación, decidieron darles un voto de confianza a los Ronaldinho, Deco y Rijkaard, sólo para acabar echándoles un año más tarde.

Quitándole el ocasional ombliguismo en las que en ocasiones cae el autor -como él mismo reconoce, la motivación principal de los directivos de un equipo de fútbol no es otra que la vanidad- el libro deja algunas lecciones aplicables a casi cualquier negocio.

Para mi gusto, la principal aportación del equipo directivo original de Laporta es, más allá de haber enterrado en el olvido la penosa etapa Gaspart, el haber sabido globalizar el Més que un club que el Barça lleva por bandera. Así, me quito el sombrero ante la idea de dejar de ganar veinte millones de euros anunciando Bwin, pagando en cambio dos por lucir junto al escudo el logo de Unicef. Un posicionamiento único y diferenciado entre los grandes clubes mundiales. Brillante.

2 comentarios:

  1. ¿Cambiara Guardiola a Etoo por el perfil que realmente quiere de delantero?

    Yo apuesto por Llorente.

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  2. ¿Pero qué es lo que quiere? Porque si quiere un tanque, que se lleve a Zigic...

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