martes, 28 de abril de 2009

Pep Bonet: goles con muletas

Por John Wyatt
A veces sólo tienes que cruzar la calle para encontrar una buena historia, un relato que te inspire, una imagen que te emocione, un reportaje que te cambie la vida. Pero hay quien tiene que viajar a otro continente en avión, coger varios autobuses, trabajar como cooperante en un hospital y, además, valerse de la casualidad, para poder ganarte el pan haciendo lo que te gusta.

Eso le sucedió a Pep Bonet, un fotógrafo mallorquín que, enrolado en un proyecto de Médicos sin fronteras en Sierra Leona, se encontró con la oportunidad de su vida. Cuando Pep llegó a Freetown el país se encontraba en pleno caos después de 10 años de guerra civil y tras una paz impuesta a golpe de talonario por Naciones Unidas.

A sus habitantes sólo les quedaba un nexo de unión entre ellos: la fe, la fe en el futuro tomando los vínculos que habían existido entre las diversas tribus en el pasado. El fotógrafo, seleccionado por el Masterclass de World Press Photo 2002 (un auténtico Dream Team de la fotografía mundial que beca a los 20 mejores foteros jóvenes de todo el mundo) necesitaba un trabajo para consagrarse, materia prima de calidad con la que desarrollar su proyecto personal, su mirada propia. Llegó a Sierra Leona becado por Médicos sin fronteras.

Algunos lugares de África no son accesibles con un billete de turista, necesitas algo más. Viajar con una ONG le permitió trabajar en un hospital y acceder a lugares imposibles a un occidental. Y aquí, después de una dura jornada, le llega el premio a su osadía y a su perseverancia, la pepita de oro en el fango que había estado buscando. Sale tarde de hacer fotos a niños ciegos en un hospital, va cansado y decide caminar un poco antes de irse a dormir.

Al atardecer, ya a salvo del sol africano, escucha gritos en un campo de fútbol cercano con dos porterías destartaladas. Descubre que todos los integrantes del equipo que allí entrena, integrado por 22 jugadores, están amputados por culpa de la guerra. A los jugadores de campo les falta una pierna, a los porteros, un brazo. Se trata del equipo del Murray Town Amputees Camp, pero Pep aún no lo sabe. Cuenta los carretes que quedan en su mochila. Ocho. Mide la luz. Suficiente. Y dispara su Leica de una manera febril, cada vez más cerca de ellos, centrándose en sus muletas, sus destrezas, sus movimientos y, sobre todo, su fe.

Ese trabajo le cambiará la vida. Por supuesto, hubo más fotos los días posteriores. Durante el verano de 2002, Pep siguió al equipo en los entrenamientos que les llevarían a competir en un partido de exhibición en el estadio nacional contra el equipo de enfermos de polio, el espíritu deportivo en su máxima expresión.


Pep pasó de ser un bohemio y un vividor que hacía surf en las playas de Tarifa a convertirse en un narrador con una estética arrolladora y poderosa, un auténtico reportero de la vieja escuela, uno de los mejores fotógrafos del mundo.

Sus mejores fotos de aquella experiencia están recogidas en el libro 'One Goal', también reflejado en un documental del que os ofrezco un breve fragmento. En estos momentos, anda jugándose la vida en Somalia, intentando que no le secuestren.

1 comentario:

  1. Estremecedoras imágenes. Excelente trabajo el de Pep y el vuestro. Quien se siga explicando qué tiene el fútbol, que vea el vídeo.
    Seguid así.

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